lunes, 28 de noviembre de 2011

EN REFERENCIA A UN VIEJO PROVERBIO ZEN

Os relataré a continuación una bonita historia basada en un probervio Zen y del que estoy seguro todos aprenderemos algo para aplicarlo a nuestra vida cotidiana y poder acceder más rápidamente a ese mundo de luz que todos buscamos.
Dice así:


"Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada.
Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto.

¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...- y haciendo una pausa agregó- Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E...encantado, maestro -titubeó el joven, pero sintió que otra vez era minusvalorado y sus necesidades postergadas.
-Bien-asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado.
Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. 
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo.
Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo?Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...
El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. 
Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto.
 ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

Recordar que todos sois "anillos", sois valiosos y nadie podrá impedir esto, ni quitároslo, ni convenceros de lo contrario. Sois "anillos" y una pieza indispensable para que este mundo obtenga la Luz que necesita para cambiar la consciencia general que necesita cambiar y poder así llegar a eso que todos perseguimos, es decir, UN MUNDO MEJOR.


La ley de atracción será vuestra senda, seguidla y conseguireis llegar a la meta que cada uno tenéis marcada.

NAMASTE.
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martes, 15 de noviembre de 2011

TUS CREENCIAS Y LA LEY DE ATRACCION

Las creencias son una fuerza muy poderosa dentro de nuestra conducta y nuestra realidad. Está comprobado que si alguien realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que es imposible hacerlo, ningún esfuerzo, por grande que este sea, logrará convencerlo de que se puede realizar. Creencias o pensamientos limitantes tales como "Ya es demasiado tarde", "De todos modos no puedo hacer ya nada", "Me ha tocado a mí", pueden con frecuencia limitar el aprovechamiento integral de los recursos naturales de la persona y de su potencial subconsciente.

Nuestra creencia acerca de nosotros mismos y de lo que es posible en el mundo que nos rodea, tienen un gran efecto sobre la creación de nuestra realidad. Todos tenemos creencias que nos sirven como recursos positivos y también creencias que nos limitan y no nos dejan aplicar el poder de la ley de la atracción.
Tus creencias pueden afectar tu salud, tanto directamente como de un modo indirecto. Generalmente no es difícil identificar las creencias negativas que provocan problemas relacionados con la salud del individuo, como el abuso de ciertas substancias, la fatiga constante, la disminución del nivel de las defensas naturales y el estrés. Sin embargo, ¿qué podemos hacer para sustituir las creencias negativas por creencias que contribuyan a mejorar nuestra salud?

Casi todos los profesionales de la salud reconocen que la actitud del paciente es un factor muy importante, que contribuye en gran medida al éxito de su recuperación. Sin embargo, existen muy pocos métodos explícitos y fiables que permitan ayudar al enfermo a superar su miedo o su apatía y lograr así una "actitud positiva" y congruente.

Muchas de nuestras creencias nos fueron implantadas durante la infancia por nuestros padres, por los maestros, por el entorno social y por los medios de comunicación, mucho antes de que nos diéramos cuenta de sus efectos o de que fuéramos capaces de elegir entre ellas.
¿Será posible reestructurar, desaprender o cambiar viejas creencias que nos limitan, e instalar en su lugar otras nuevas capaces de ampliar nuestro potencial y aplicar la ley de atracción?
Cuando sentimos la sensación DE NO VALER LO SUFICIENTE surgen de nuestros pensamientos estas preguntas: "Tal vez sea posible, tal vez yo fuera capaz, pero, ¿lo merezco? ¿Me lo he ganado? Tal vez no merezco la salud, la prosperidad, ganar dinero, ser feliz, etc. No he hecho méritos suficientes para lograrla.
Quien cree que no merece algo no se esfuerza por conseguirlo. Sin embargo, cuando creemos que merecemos una cosa, luchamos por ella con uñas y dientes.
El cambio de tus creencias más profundas de tu Subconsciente solo depende de ti. Mi meta es solo guiarte a que descubras que el uso de la ley de atracción es algo que te mereces lograr. 

Si no conocéis LA LEY DE ATRACCION, en otra entrada explicaré más detenidamente el concepto, de momento me atrevería a pediros que reflexionarais a cerca de lo que os transmito en esta entrada pues es muy importante para conseguir vuestros objetivos en la vida y por ende... UN MUNDO MEJOR.



NAMASTE.
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